La historia del Calendario

La historia del calendario es una historia de ingenio, de una sofisticada combinación de astronomía y matemáticas. Pero es, también, una historia de conflictos, de fervor religioso y de luchas por la supremacía.

El hecho histórico es que el Calendario se diseño con el fin de determinar de antemano el momento preciso de las festividades en las que se horraba a los dioses. En otras palabras, el Calendario era un instrumento religioso. Los primeros nombres por los que denomino a los meses en Sumeria, tenían el prefijo EZEN, y esta palabra no significa mes, significa: festividad. El mes era el tiempo en que la festividad de Enlil, Ninurta, etc. O de cualquier otra deidad importante se tenía que observar.

No deberíamos sorprendernos en absoluto que el propósito del Calendario fuera determinar las observaciones religiosas, pues tenemos un ejemplo que todavía regula nuestras vidas en el actual CALENDARIO CRISTIANO. Su principal festividad y punto focal que determina el resto del calendario anual es la Semana Santa, la celebración de la resurrección (??????) de Jesús, según el Nuevo Testamento.  Tres días después de su crucifixión Los cristianos occidentales celebran la Semana Santa el primer domingo después de la Luna llena que tenga lugar en el equinoccio de primavera  o justo después de éste.

Esto generó un problema para los primeros cristianos en Roma, en donde el elemento calendárico dominante era el año solar de 365 días, siendo los meses de longitud irregular. Y si correspondencia exacta con las fases de la Luna. La determinación de la Semana Santa dependía, por lo tanto, del calendario judío, dado que la Última Cena, a partir de la cual se contaba el resto de los días cruciales de la Semana Santa, era en realidad la comida del Séder, con la que comienza la Pascua Judía, en la víspera del decimocuarto día del mes de Nisán, el momento de la Luna llena. Como consecuencia de esto, durante los primeros siglos del cristianismo, la Semana Santa se celebró de acuerdo con el calendario judío.    Y esta dependencia con el calendario judío se cortó en la conversión al cristianismo   del emperador romano Constantino, quien convocó al concilio de Nicea, en el año 325, en donde el cristianismo, hasta entonces considerado por los gentiles como una secta del judaísmo, devino en una religión en sí misma.

En los primeros siglos del cristianismo, los seguidores del Cristo celebraban su nacimiento el día del equinoccio de primavera, en Marzo, el primer mes del año.

Al nacer Jesús, la religión oficial en el imperio romano era el Mitranismo, un culto indo-iraní, antiguo dios de la Luz. Esta religión paso a ser ilegal en el 325d de C. en el concilio de Nicea. Antes del Mitranismo, la religión predominante en el Imperio Romano era el culto a Dionisio (Baco) hijo de Zeus y una diosa virgen. El nacimiento de Baco se celebraba 4 días después del solsticio de invierno (lo que correspondería al actual 25 de Diciembre, décimo mes). En ese momento el vino llegaba al grado de fermentación ideal para ser ingerido, el Sacerdote levantaba el cáliz con vino y los fieles comenzaban a ingerir el vino y cantar loas a Baco. Entonces comenzaban los “bacanales”, muy populares en la antigua Grecia. Pero en Roma, además de la gula y las relaciones sexuales publicas y desorbitadas, se cometían muchos crímenes y conspiraciones de origen político. Por eso en el 186 a.C. el Senado Romano declaro ilegal el culto a Dionisio (Baco) y legalizo el Mitranismo.

La celebración del nacimiento de la diosa Mitra, hija de una virgen, volvió a ocupar el 25 de Diciembre y el ritual pagano del cáliz con vino y otras partes del ritual a Dionisio (Baco), pasaron a formar parte de la nueva religión.

Con el cristianismo paso otro tanto. El papa San Juan I, encomendó a un oscuro monje Dionisius Exiguus, recién llegado a Roma, que buscara una fecha de nacimiento para Jesús el Cristo. Debido a su animosidad en contra de los seguidores de Jesús que celebraban el equinoccio de primavera como principio del año y nacimiento de Jesús, proclama el 25 de Diciembre la fecha oficial, violando datos históricos establecidos y haciéndola coincidir con el nacimiento del Sol invictus (Baco)

Además el ritual de la misa católica se lleno de simbología pagana (ej.: el levantamiento del cáliz, sin tener en cuenta que en la Última Cena-Séder- Jesús y sus discípulos bebieron jugo de uvas en vasos). Para los cristianos originales la eucaristía es un acto pagano canivalista simbólico, donde se olvida la espiritualidad de Jesús, dándole más importancia a la materia y se llega a un punto aberrante de comerse simbólicamente el cuerpo de Jesús y beberse su sangre. También en la misa católica se introdujeron mudras de origen hindú provenientes del mitranismo.

Aunque en Nicea se acordó instaurar el 21 de Marzo como equinoccio de primavera, fue en 1582 cuando el papa Gregorio XIII introdujo el actual calendario de la Era cristiana corrigiendo el error de los 11 días existentes. Proclamo la festividad de la circuncisión de Jesús (???) día de precepto (hoy obsoleto), siete días después de la fecha dictada de su nacimiento.  Pasando a ser el 1 de Enero el primer día del año.

Como mejor prueba de la NO circuncisión de Jesús, tenemos en “El evangelio de Tomas” (hermano de Jesús) códice de Nag Hammadi II, dicho# 53: les dijeron sus discípulos: es o no provechosa la circuncisión? Él les dijo: si fuera provechosa sus padres los engendrarían ya circuncisos de sus madres. La verdadera circuncisión en espíritu es totalmente provechosa.

Para los que estamos conscientes de la Vida después de la Vida, la fecha de nacimiento de cualquier encarnación, es intrascendente…y aunque sé que esa fecha es falsa, Jesús «el Cristo» renace en mi Corazón cada 25 de diciembre.

Gilberto Álvarez

UN CURSO DE MILAGROS, Lección 56

Fragmento extraído del libro, UN CURSO DE MILAGROS

Lección 56

Nuestro repaso de hoy abarca lo siguiente:

  1. 1.   (26)Mis pensamientos de ataque atacan mi invulnerabilidad.

¿Cómo puedo saber quien soy cuando creo estar sometidos a continuos ataques? El dolor, la enfermedad, la perdida, la vejez y la muerte pueden acecharme. Todas mis esperanzas, aspiraciones y planes parecen estar a merced de  un mundo que no puedo controlar. Sin embargo la seguridad perfecta y la plena realización constituyen mi verdadera herencia. He tratado de despojarme de mi herencia a cambio del mundo que veo. Pero Dios la ha salvaguardado para mí. Mis pensamientos reales me enseñaran lo que es mi herencia.

  1. 2.   (27)Por encima de todo quiero ver.

Al reconocer que lo veo es un reflejo de lo que creo ser, me doy cuenta de que mi mayor necesidad es la visión. El mundo que veo da testimonio de cuan temerosa es la naturaleza de la imagen que he forjado de mi mismo. Si he de recordar quien soy es esencial que abandone esta imagen de mi mismo. A medida que dicha imagen sea reemplazada por la verdad, se me concederá la visión. Y con esta visión contemplare al mundo y a mí mismo con caridad y con amor.

  1. 3.   (28)Por encima de todo quiero ver de otra manera.

El mundo que veo mantiene la temerosa imagen que he forjado de mi mismo y garantiza su continuidad. Mientras siga viendo el mundo tal como lo veo ahora, la verdad no podrá alborear en mi conciencia. Dejare que la puerta que se encuentra detrás de ese mundo se abra, para así poder mirar mas allá de el al mundo que refleja el Amor de Dios.

  1. 4.   (29)Dios está en todo lo que veo.

Tras cada imagen que he forjado, la verdad permanece inmutable. Tras cada velo que he corrido sobre la faz del amor, su luz sigue brillando sin menoscabo. Mas allá de todos mis descabellados deseos se encuentra mi voluntad, unida  a la Voluntad de mi Padre. Dios sigue estando en todas partes y en todas las cosas eternamente. Y nosotros, que somos parte de Él, habremos de ver mas allá de la apariencias, y reconocer la verdad que yace tras todas ellas.

  1. 5.   (30)Dios está en todo lo que veo porque Dios está en mi mente.

En mi propia mente, aunque oculto por mis desquiciados pensamientos de separación y ataque, yace el conocimiento de que todo es uno eternamente. Yo he perdido  el conocimiento de Quien soy por el hecho de haberlo olvidado. Ha sido salvaguardado por mí en la Mente de Dios, Quien no ha abandonado Sus Pensamientos. Y yo, que me encuentro entre ellos, soy uno con ellos y uno con El.