UN CURSO DE MILAGROS, Lección 92

Fragmento extraído del libro, UN CURSO DE MILAGROS

PRIMERA PARTE

Lección 92

Los milagros se ven en la luz, y la luz y la fortaleza son una.

  1. La idea de hoy es una ampliación de la anterior. No asocias la luz con la fortaleza ni la oscuridad con la debilidad. Ello se debe a que tu idea de lo que significa está vinculada al cuerpo, a sus ojos y a su cerebro. De ahí que creas que puedes cambiar lo que ves poniendo trocitos de vidrio delante de tus ojos.  Ésta es una de las muchas creencias mágicas que proceden de tu convicción de eres un cuerpo y que los ojos del cuerpo pueden ver.
  2. Crees también que el cerebro del cuerpo puede pensar. Si comprendieses la naturaleza del pensamiento, no podrías por menos que reírte de esta idea tan descabellada. Es como si creyeses que eres tú el que sostiene el fósforo que  le da al Sol toda su luz y todo su calor; o quien sostiene al mundo firmemente en sus manos hasta que decidas soltarlo. Esto, sin embargo, no es más disparatado que creer que los ojos del cuerpo pueden ver o que el cerebro puede pensar.
  3. La fortaleza de Dios que mora en ti es la luz en la que ves,  de la misma manera que es Su Mente con la que piensas. Su fortaleza niega tu debilidad. Y es ésta la que ve a través de los ojos del cuerpo, escudriñando la oscuridad para contemplar lo que es semejante a ella misma: los mezquinos y los débiles, los enfermos y los moribundos; los necesitados, los desvalidos y los amedrentados; los afligidos y los pobres, los hambrientos y los melancólicos. Esto es lo que se ve a través de los ojos que no pueden ver ni bendecir.
  4. La fortaleza pasa por alto todas esas cosas al mirar más allá de las apariencias. Mantiene su mirada fija en la luz de la que forma parte. Se ve a sí misma. Te brinda la luz en la que tu Ser aparece. En la oscuridad percibes un ser que no existe. La fortaleza es lo que es verdad con respecto a ti, mas la debilidad es un ídolo al que se honra y se venera falsamente a fin de de disipar la fortaleza y permitir que la oscuridad reine allí donde Dios dispuso que hubiese luz.
  5. La fortaleza procede de la verdad, y brilla con la luz que su Fuente le ha otorgado; la debilidad refleja la oscuridad de su hacedor. Está enferma, y lo que ves es la enfermedad, que es como  ella misma. La verdad es un salvador, y su voluntad es que todo el mundo goce de paz y felicidad. La verdad le da el caudal ilimitado de su fortaleza a todo aquel que la pide. Reconoce que si alguien le faltase algo, les faltaría a todos. Y por eso imparte su luz, para que todos puedan ver y beneficiarse cual uno solo. Todos comparte su fortaleza de manera que ésta pueda brindarles a todos el milagro en el que ellos se unirán en propósito, perdón y amor.
  6. La debilidad, que mira desde la oscuridad, no puede ver propósito alguno en el perdón o en el amor. Ve todo lo demás como diferente de ella misma, y no ve nada en el mundo que quisiera compartir. Juzga y condena, pero no ama. Permanece en la oscuridad para ocultarse, y sueña que es fuerte y victoriosa, vencedora de limitaciones que no hacen sino crecer descomunalmente en la oscuridad.
  7. La debilidad se teme, se ataca y se odia a sí misma, la oscuridad descubre todo lo que ve, dejándole sus sueños que son tan temibles como ella misma. Ahí no encontrarás milagros sino odio. La debilidad se separa de lo que ve, mientras que la luz y la fortaleza se perciben a sí mismas cual una sola. La luz de la fortaleza no es la luz que tú ves. No cambia, ni titila hasta finalmente extinguirse. No cambia cuando la noche se convierte en día, ni se convierte en oscuridad hasta que se hace día otra vez.
  8. La luz de la fortaleza es constante, tan segura como el amor y eternamente feliz de darse a sí misma, ya que no puede sino darse a lo que es ella misma. Nadie que pida compartir su visión lo hace en vano, y nadie que entre en su morada puede partir sin un milagro ante sus ojos y sin que la fortaleza y la luz moren en su corazón.
  9. La fortaleza que mora en ti te ofrecerá luz y guiará tu visión para que no habites en las vanas sombras que los ojos del cuerpo te proveen a fin de que te engañes a ti mismo. La fortaleza y la luz se unen en ti, y ahí donde se unen, tu Ser se alza presto a recibirte como Suyo. Tal es el lugar de encuentro que hoy tratamos de hallar para descansar en él, pues la paz de Dios está ahí donde tu Ser, Su Hijo, aguarda ahora para encontrarse Consigo Mismo. Otra vez y volver a ser uno.
  10. Dediquemos veinte minutos en dos ocasiones hoy a estar presentes en ese encuentro. Déjate conducir ante tu Ser. Su fortaleza será la luz en la que se te concederá el don de la visión. Deja atrás hoy la oscuridad por un rato, y practica ver la luz, cerrando los ojos del cuerpo y pidiéndole a la verdad que te muestre cómo hallar el lugar de encuentro entre el ser y el Ser, en el que la luz y la fortaleza son una.

Así es como practicaremos mañana y noche. Después de la reunión de por la mañana, usaremos el día para prepararnos para la de por la noche, cuando nuevamente nos volveremos a reunir en confianza. Repitamos la idea de hoy tan a menudo como sea posible, y reconozcamos que es un preludio de la visión y que se nos está llevando de las tinieblas a la luz donde únicamente pueden percibirse milagros.

UN CURSO DE MILAGROS, Lección 91

Fragmento extraído del libro, UN CURSO DE MILAGROS

PRIMERA PARTE

Lección 91

Los milagros se ven en la luz.

  1. Es importante recordar que los milagros y la visión van necesariamente de la mano. Esto necesita repetirse una y otra vez. Es una de las ideas centrales de nuestro sistema de pensamiento, y de la percepción a la que da lugar. El milagro está siempre aquí. Tu visión no causa su presencia, ni su ausencia es el resultado de lo que veas. Es únicamente tu conciencia de los milagros lo que se ve afectada. Los verás en la luz, mas no los verás en la oscuridad.
  2. Para ti, pues, la luz es crucial. Mientras sigas en la oscuridad no podrás ver el milagro. Por lo tanto, estarás convencido de que no está ahí. Esto deriva en las mismas premisas de las que procede la oscuridad. Negar la luz hará que resulte imposible percibirla. No percibir la luz es percibir la oscuridad. La luz entonces no sirve de nada, a pesar de que está ahí. No la puedes usar porque tu presencia te es desconocida. Y la aparente realidad de la oscuridad hace que la idea de la luz no tenga sentido.
  3. Si te dijera que lo que no ves se encuentra allí, ello te parecería una locura. Es muy difícil llegar a convencerse de que lo que en verdad es una locura es no ver lo que  en verdad se encuentra ahí, y, en su lugar, ver lo que no está ahí. Tú no dudas de lo que los ojos del cuerpo puedan ver. No dudas de la realidad de imágenes que te muestran. Tienes absoluta fe en la oscuridad, no en la luz. ¿Cómo se puede invertir esto? Tú no podrías hacerlo solo, pero no estás solo en esto.
  4. Tus esfuerzos, por insignificantes que sean, están fuertemente respaldados. Sólo con que te percatases de cuán grande es esa fortaleza, tus dudas desaparecerían. Hoy dedicaremos el día a tratar de que sientas esa fortaleza. Cuando hayas sentido la fortaleza que mora en ti, la cual pone fácilmente a tu alcance todos los milagros, dejarás de dudar.  Los milagros que tu sensación de debilidad ocultan se harán patentes de inmediato en tu conciencia una vez que sientas la fortaleza que mora en ti.
  5. Reserva diez minutos  en tres ocasiones hoy para tener un rato de quietud en el que trates de dejar atrás tu debilidad. Esto se puede lograr fácilmente si te das instrucciones a ti mismo de que no eres un cuerpo. La fe se canaliza hacia lo que deseas, y tú diriges la mente en conformidad con ello. Tu voluntad sigue siendo tu maestro, y dispone de toda la fortaleza necesaria para hacer lo que desea. Puedes escaparte del cuerpo si así lo decides. Puedes experimentar la fortaleza que mora en ti. Comienza las sesiones de práctica más largas con esta declaración que entraña una auténtica  de causa y efecto:

Los milagros se ven en la luz.

Los ojos del cuerpo no perciben la luz.

Mas yo no soy un cuerpo. ¿Qué soy entonces?

La pregunta con la que finaliza esta declaración es crucial para los ejercicios de hoy. Lo que piensas que eres es una creencia que debe ser erradicada. Pero lo que realmente eres es algo que tiene que serte revelado. La creencia de que eres un cuerpo necesita ser recogida, ya que es un error. La verdad de lo que eres apela a la fortaleza que mora en ti para que lleve a tu conciencia lo que el error oculta.

  • Si no eres un cuerpo, ¿Qué eres entonces? Necesitas hacerte consciente de lo que el Espíritu Santo utiliza para reemplazar en tu mente la imagen de que eres un cuerpo. Necesitas sentir a algo en lo que depositar tu fe a medida que la retiras del cuerpo. Necesitas tener una experiencia real de otra cosa, algo más sólido y seguro; algo más digno de tu fe y que realmente esté ahí.
  • Si no eres un cuerpo, ¿Qué eres entonces? Hazte esta pregunta honestamente y dedica después varios  minutos a dejar que los pensamientos erróneos que tienes a cerca  de  tus atributos sean corregidos y a que sus opuestos ocupen su lugar. Puedes decir, por ejemplo:

No soy débil, sino fuerte.

No soy un inútil, sino alguien todopoderoso.

No estoy limitado, sino que soy ilimitado

No tengo dudas, sino seguridad.

No soy una ilusión, sino algo real.

No puedo ver en la oscuridad, sino en la luz.

  • En la segunda parte de tu sesión de práctica, trata de experimentar estas verdades a cerca de ti mismo. Concéntrate en especial en la experiencia de la fortaleza. Recuerda que toda sensación de debilidad está asociada con la creencia de que eres un cuerpo, la cual es una creencia errónea y no merece que se tenga fe en ella. Deja de tener fe en ella, aunque  solo sea por un instante. A medida que avancemos te irás acostumbrando a tener fe en lo que es más valioso en ti.
  • Relájate durante el resto de la sesión de práctica, confiando en que tus esfuerzos, por insignificantes que sean, tienen todo el respaldo de la fortaleza de Dios y de todos Sus Pensamientos. De Ellos es de donde procederá tu fortaleza. A través de Su fuerte respaldo es como sentirás la fortaleza que mora en ti. Dios y todos Sus Pensamientos se unen a ti en esta sesión de práctica, en la que compartes un propósito semejante al de Ellos. De Ellos es la luz en la que veras milagros porque Su fortaleza es la tuya. Su fortaleza se convierte en tus ojos para que puedas ver.
  • Cinco o seis veces por hora, a intervalos razonablemente regulares, recuérdate a ti mismo que los milagros se ven en la luz. Asegúrate también de hacerle frente a cualquier tentación con la idea de hoy. La siguiente variación podría resultarte útil para este propósito en especial:

Los milagros se ven en la luz.

No voy a cerrar los ojos por causa de esto.

UN CURSO DE MILAGROS, Segundo repaso-lección 90

Fragmento extraído del libro, UN CURSO DE MILAGROS

PRIMERA PARTE

Segundo repaso-lección 90

Éstas son las ideas que vamos a utilizar en este repaso:

(78)Permítaseme reconocer el problema, para que pueda ser resuelto.

  1. Hoy quiero darme cuenta de que el problema es siempre alguna forma de resentimiento que quiero abrigar. Quiero comprender también es siempre un milagro al que le permito ocupar el lugar del resentimiento. Hoy quiero recordar la simplicidad de la salvación, reforzando la lección de que sólo hay un problema y sólo una solución. El problema es un resentimiento, la solución, un milagro. E invito a la solución cuando perdono la causa del resentimiento y le doy la bienvenida al milagro que entonces ocupa su lugar.
  2. Para las aplicaciones concretas de esta idea puedes usar las siguientes variaciones:

Esto supone un problema para mí que quiero que se resuelva.

El milagro que se encuentra tras este resentimiento lo resolverá por mí.

La solución de este problema es el milagro que el problema oculta.

(80)¡Permítaseme reconocer que mis problemas se han resuelto ya!

  1. La única razón para que parezca tener problemas es que estoy usando el tiempo indebidamente. Creo que el problema ocurre primero, y que debe transcurrir cierto tiempo antes de que pueda resolverse. No veo el problema y la solución como acontecimientos simultáneos. Ello se debe a que aún no me he dado cuenta de que Dios  ubico la solución junto al problema, de manera que el tiempo no lo pudiera separar. El Espíritu Santo me enseñará esto si se lo permito. Y comprenderé que es imposible que yo pudiera tener un problema que no hubiese sido resuelto ya.
  2. Las siguientes variaciones de la idea de hoy resultarán útiles para las aplicaciones concretas:

No tengo que esperar a que esto se resuelva.

La solución a este problema se me ha dado, si estoy dispuesto a aceptarla.

                                                                           El tiempo no puede separar este problema de su solución.

UN CURSO DE MILAGROS, Segundo repaso-lección 89

Fragmento extraído del libro, UN CURSO DE MILAGROS

PRIMERA PARTE

Segundo repaso-lección 89

Éstas son las ideas que vamos a repasar hoy:

(77)Tengo derecho a los milagros.

  1. Tengo derecho a los milagros porque no me gobiernan otras leyes que las de Dios. Sus leyes me liberan de todos mis resentimientos y los reemplazan con milagros. Voy aceptar los milagros en lugar de los resentimientos, los cuales no son sino ilusiones que ocultan los milagros que se encuentran tras ellos. Voy a aceptar solamente aquello a lo que las leyes de Dios me dan derecho, de manera que pueda usarlo en beneficio de la función que Él me ha dado.
  2. Puedes usar las siguientes sugerencias para las aplicaciones concretas de esta idea:

Detrás de esto hay un milagro al que tengo derecho.

No voy a abrigar ningún resentimiento contra ti, hermano, sino que te voy a ofrecer el milagro al que tienes derecho.

Visto correctamente, esto me ofrece un milagro.

(78)¡Que los milagros reemplacen todos mis resentimientos!

  1. Mediante esta idea uno mi voluntad a la del Espíritu Santo y percibo las dos cual una sola. Mediante esta idea acepto mi liberación del infierno. Mediante esta idea expreso que estoy dispuesto a que todas mis ilusiones sean reemplazadas por la verdad de acuerdo con el plan de Dios para mi salvación. No haré excepciones ni substituciones. Lo que quiero es todo el Cielo y sólo el Cielo, tal como la Voluntad de Dios ha dispuesto que lo tenga.
  2. Las variaciones que pueden resultar útiles a la hora de aplicar concretamente la idea son:

No quiero excluir este resentimiento de mi salvación.

¡Hermano, dejemos que los milagros reemplacen todos nuestros resentimientos!

Detrás de esto se encuentra un  milagro que reemplaza todos los resentimientos.

UN CURSO DE MILAGROS, Segundo repaso-lección 88

Fragmento extraído del libro, UN CURSO DE MILAGROS

PRIMERA PARTE

Segundo repaso-lección 88

Hoy repasaremos estas ideas:

(75)La luz ha llegado.

  1. Al elegir la salvación en lugar del ataque estoy, estoy simplemente eligiendo reconocer lo que está ahí. La salvación es una decisión que ya se tomó. El ataque y los resentimientos no existen como opciones. Por eso es por lo que siempre elijo entre la verdad y la ilusión; entre lo que está ahí y lo que no está ahí. La luz ha llegado. Solamente puedo elegir la luz porque no hay otra alternativa. La luz ha reemplazado a la oscuridad y la oscuridad ha desaparecido.
  2. Las siguientes aplicaciones pueden ser útiles para las aplicaciones concretas de esta idea:

Esto no puede mostrarme la oscuridad, pues la luz ha llegado.

Tu luz, hermano, es lo único que quiero ver.

No quiero ver en esto más de lo que hay ahí.

(76)No me gobiernan otras leyes que las de Dios.

  1. He aquí la perfecta declaración de mi libertad. No me gobiernan otras leyes que las de Dios. La tentación de inventar otras leyes y de permitir que me subyuguen me acecha constantemente. Sufro únicamente porque creo en ellas. Pero en realidad no me afectan en absoluto. Estoy perfectamente a salvo de los efectos de cualquier ley, excepto las de Dios. Y las suyas son las leyes de la libertad.
  2. Para las aplicaciones concretas de esta idea, las siguientes variaciones pueden resultar útiles:

Mi percepción de esto me demuestra que creo en leyes que no existen.

Veo únicamente las leyes de Dios operando en esto.

Permítaseme dejar que sean las leyes de Dios las que operen en esto, y no las mías.

UN CURSO DE MILAGROS, Segundo repaso-lección 87

Fragmento extraído del libro, UN CURSO DE MILAGROS

PRIMERA PARTE

Segundo repaso-lección 87

Nuestro repaso de hoy abarcará estas ideas:

(73)Mi voluntad es que haya luz.

  1. Hoy haré uso del poder de mi voluntad. No es la voluntad andar a tientas en la oscuridad, temeroso de las sombras y amedrentado por cosas invisibles e irreales. La luz será mi guía hoy. La seguiré a donde me lleve,  y contemplaré únicamente lo que me muestre. Éste será el día en que experimentaré la paz de la verdadera percepción.
  2. Las siguientes variaciones pueden ser útiles para las aplicaciones concretas:

Esto no puede ocultar la luz que es mi voluntad ver.

Tu mi hermano, estás en la luz junto conmigo.

En la luz esto se verá de otra manera.

(74)No hay más voluntad que la de Dios.

  1. Estoy a salvo hoy porque no hay más voluntad que la voluntad de Dios. Siento miedo sólo cuando creo que hay otra voluntad. Trato de atacar únicamente cuando tengo miedo, y sólo cuando trato de atacar puedo creer que mi eterna seguridad se ve amenazada. Hoy reconoceré que nada de esto ha ocurrido. Estoy a salvo porque no hay más voluntad que la de Dios.
  2.  Las siguientes son algunas variaciones de la idea que pueden ser útiles para las aplicaciones concretas:

Permítaseme percibir esto en conformidad con la Voluntad de Dios.

La Voluntad de Dios, así como la mía, es que tú: mi hermano, seas Su Hijo.

Esto es parte de lo que la Voluntad de Dios ha dispuesto para mí, independientemente de cómo yo lo vea.

UN CURSO DE MILAGROS, Segundo repaso-lección 86

Fragmento extraído del libro, UN CURSO DE MILAGROS

PRIMERA PARTE

Segundo repaso-lección 86

Estas son las ideas para el repaso de hoy:

(71)Sólo el plan de Dios para la salvación tendrá éxito.

  1. Es inútil que ande buscando fervientemente la salvación por todas partes. La he visto en muchas personas y en muchas cosas, pero cada vez que traté de alcanzarla no estaba allí. Estaba equivocado con respecto a dónde se encuentra. Estaba equivocado con respecto a lo que es. Ya no emprenderé más búsquedas inútiles. Sólo el plan de Dios para la salvación tendrá éxito. Y me regocijaré porque Su plan jamás puede fallar.
  2. Éstas son algunas de las variaciones que se sugieren para las aplicaciones más concretas de la idea:

El plan de Dios para la salvación me librará de mi percepción de esto.

Esto no es una excepción al plan de Dios para la salvación.

Quiero percibir esto únicamente a la luz del plan de Dios para la salvación.

(72) Abrigar resentimientos es un ataque contra el plan de Dios para la salvación.

  1. Abrigar resentimientos es un intento de probar que el plan de Dios para la salvación fracasará. Sin embargo, sólo Su plan puede tener éxito. Al abrigar resentimientos, por lo tanto, estoy excluyendo de mi conciencia mi única esperanza de salvación. Mas no quiero seguir yendo en contra de mis propios intereses de esta manera tan descabellada. Quiero aceptar el plan de Dios para la salvación y ser feliz.
  2. Las aplicaciones concretas de esta idea pueden hacerse utilizando las siguientes variaciones:

Según contemplo esto estoy eligiendo entre la percepción falsa y la salvación.

Si veo motivos en esto para abrigar resentimientos, no veré motivos que justifiquen mi salvación.

Esto es un llamado a la salvación, no al ataque.

UN CURSO DE MILAGROS, Segundo repaso-lección 85

Fragmento extraído del libro, UN CURSO DE MILAGROS

PRIMERA PARTE

Segundo repaso-lección 85

El repaso de hoy abarcará las siguientes ideas:

(69)Mis resentimientos ocultan la luz del mundo en mí.

  1. Mis resentimientos me muestran lo que no está ahí y me ocultan los que quiero ver. Habiendo reconocido esto, ¿para que los quiero? Mis resentimientos me mantienen en la oscuridad. Y ocultan la luz. Los resentimientos y la luz no pueden coexistir, pero la luz y la visión tienen que unirse para que yo pueda ver.  Y para poder ver tengo que desprenderme de los resentimientos. Quiero ver y ése será el medio por el que lo lograré.
  2.  Las aplicaciones concretas de esta idea podrían hacerse de la siguiente manera:

No permitas que haga de esto un obstáculo a la visión.

La luz del mundo desvanecerá todo esto con su resplandor.

No tengo necesidad de esto.

Lo que quiero es ver.

(70)Mi salvación procede de mí.

  1. Hoy reconoceré dónde está mi salvación. Está en mí porque ahí es donde está su Fuente. No ha abandonado su Fuente, por lo tanto, no pudo haber abandonado mi mente. Dejaré de  buscarla fuera de mí mismo. No es algo que se encuentre afuera y luego tenga que traerse adentro. Se extenderá desde dentro de mí, y todo aquello que vea no hará sino reflejar la luz que brilla en mí y en sí mismo.
  2. Las siguientes variaciones de la idea son apropiadas para las aplicaciones más concretas:

No dejaré que esto me tiente a buscar la salvación fuera de mí mismo.

No permitiré que esto interfiera en la conciencia que tengo de la Fuente de mi salvación.

                                                                                         Esto no puede privarme de la salvación. 

UN CURSO DE MILAGROS, Segundo repaso-lección 84

Fragmento extraído del libro, UN CURSO DE MILAGROS

PRIMERA PARTE

Segundo repaso-lección 84

Estas son las ideas para el repaso de hoy:

(67)El Amor me creó a semejanza de sí mismo.

  1. He sido creado a semejanza de mi creador. No puedo sufrir, no puedo experimentar pérdidas y no puedo morir.  No soy un cuerpo. Hoy quiero reconocer mi realidad. No adoraré ídolos no exaltaré el concepto que he forjado de mi mismo para reemplazar a mi Ser. He sido creado a semejanza de mi Creador. El Amor me creó a semejanza de Sí Mismo.
  2. Las siguientes variaciones te pueden resultar útiles para las aplicaciones concretas de la idea:

No me dejes ver en esto una ilusión de mí mismo.

Mientras contemplo esto, quiero recordar a mi Creador.

Mi Creador no creó esto como yo lo estoy viendo.

 (68)El amor no abriga resentimientos.

  1. Los resentimientos son algo completamente ajeno al amor. Los resentimientos atacan al amor y oscurecen su luz. Si abrigo resentimientos estoy atacando al amor y, por ende atacando mi Ser. De este modo, mi Ser se vuelve un extraño para mí. Estoy decido a no atacar a mi Ser hoy, de manera que pueda recordar Quién soy.
  2. Estas variaciones de la idea te resultarán útiles para las aplicaciones concretas:

Esto no justifica el que niegue mi Ser.

No me valdré de esto para atacar al amor.

No dejaré que esto me tiente a atacarme a mí mismo.

 

UN CURSO DE MILAGROS, Segundo repaso-lección 83

Fragmento extraído del libro, UN CURSO DE MILAGROS

PRIMERA PARTE

Segundo repaso-lección 83

Hoy repasaremos estas ideas:

(65)Mi única función es la que Dios me dio.

  1. No tengo otra función salvo la que Dios me dio. Este reconocimiento me libera de todo conflicto porque significa que no puedo tener metas conflictivas. Al tener un solo propósito siempre estoy seguro de lo que debo hacer, de lo que debo decir y de lo que debo pensar. Toda duda no puede sino desaparecer cuando reconozco que mi única función es la que Dios me dio.
  2. Las aplicaciones más concretas de esta idea podrían hacerse con las siguientes variaciones:

Mi percepción de esto no altera mi función.

Esto no me confiere una función distinta de la que Dios me dio.

No me valdré de esto para justificar una función que Dios no me dio.

(66)Mi función y mi felicidad son una.

  1. Todas las cosas que proceden de Dios son una. Proceden de la Unicidad y tienen que ser recibidas cual una sola. Desempeñar mi función es mi felicidad porque ambas cosas proceden de la misma Fuente. Y debo aprender a reconocer lo que me hace feliz, si es que he de  encontrar la felicidad.
  2. Algunas variaciones útiles para aplicar concretamente esta idea podrían ser:

Esto no puede separar mi felicidad de mi función.

La unidad que existe entre mi felicidad y mi función no se ve afectada en modo alguno por esto.

Nada, incluido esto, puede justificar la ilusión de que puedo ser feliz si dejo de cumplir mi función.