¿Castigo, ó Correspondencia?
La presencia, emerge de la nada, violando los sentidos de la piel. El proceso de continuidad infinito, de tanto en tanto reemplaza la forma.
Un tanto sobrecogido, se justifica, -no quería hacerlo, pero la evidencia…
Ella asintiendo con un movimiento ligero de cabeza, le anima a continuar.
– Tú, que tantas veces me dijiste que la evidencia no se justifica, se asume, tratando de persuadirme, te incriminabas más.
De pronto, guarda silencio, el análisis de la reflexión conforma un lazo en su garganta, quebrándole la voz. Sintiéndose doblemente culpable la mira de soslayo, para después bajar los ojos avergonzado.
Ella lo percibe como un montón de hojas secas apiladas, que esperan resignadas, ser disueltas por el viento otoñal.
Recobra el valor, cuando el rostro de ella se proyecta como un haz de ternura.
– Mi amor es tan inmenso, que sacrifiqué mi propia vida, para continuar al lado tuyo.
Ella, que había trasmutado el dolor en comprensión, ahora, se extiende en un torrente de paz, aflorando el sentimiento. Su imagen sutil, va perdiendo características del núcleo perceptivo de él, intuye queda poco tiempo, y decide alimentar la semilla perpetua.
– La ilusión es un manto de rosas perfumadas con espinas, cuida de transitar sólo su aroma, no te distraigas en la caricia de sus pétalos, porque serás sorprendido por la lacerante herida de su lado oculto.
Él rehúsa comprender, esa disertación nada tiene que ver con migo, piensa, yo actué en defensa de lo que considero es mío.
– Lo que verdaderamente siento es perder el contacto de tu piel.
– La identidad, archiva en anaqueles inquebrantables nuestra misión, un cuerpo deshecho, trunca el propósito en un tiempo terrestre determinado, lo cual no invalida la oportunidad en otra forma.
Él, ya no la distingue. Le arrancó la vida, junto a la suya, con la intención de no separarse jamás, cuando ella rechazó su proposición matrimonial, sin embargo, ignoraba que por segunda vez, perdería la oportunidad de estar cerca de ella, justificar su error, no le permitió trascender los planos superiores. Muy tenue, escuchó:
– Adiós, en el espacio de otra vida física, quizás, volveremos a encontrarnos…
Caridad Barreras
Abril 16, 2014