…y junto con el EPÍLOGO nuestra despedida

…y junto con el EPÍLOGO nuestra despedida.

Terminado este ciclo queremos dar las gracias sinceras y desde lo profundo de nuestro corazón a quienes hicieron posible que este blog (y consecuentemente nuestro muro en facebook), a quienes compartieron sus inspiraciones literarias; a quienes nos acompañaron cada día, con sus comentarios y con su participación activa.
Nuestra gratitud a quien fuera nuestro Maestro y guía, Profesor Santiago Aranegui, siempre presente en cada página.
Las puertas quedan abiertas para que alguien más continúe este espacio.
Que Dios los bendiga. Un fraternal abrazo a cada uno. Hasta cada momento.

UN CURSO DE MILAGROS, Epílogo

EPÍLOGO

1. Este curso es un comienzo, no un final. Tu Amigo te acompaña. No estás solo. Nadie puede llamarlo en vano. Sean cuales sean tus problemas tus problemas ten por seguro que Él tiene la solución y que gustosamente te dará sólo con que te dirijas a Él y se la pidas. Él no se negará a darte todas las respuestas que necesitas para cualquier cosa que parezca perturbarte. Él sabe cómo solventar todos los problemas y aclarar las dudas. Su certeza es tuya. Tan sólo necesitas pedírsela, para que te sea dada.
2. Tu llegada al hogar es tan segura como la trayectoria que ha sido trazada para el sol antes de que despunte el alba, después del ocaso y en las horas de luminosidad parcial que transcurren entremedias. De hecho, tu camino es todavía más seguro. Pues es imposible cambiar el curso de aquellos que Dios ha llamado a Su vera. Obedece, por lo tanto, tu voluntad, y sigue a Aquel a Quien aceptaste como tu voz, para que te diga lo que realmente quieres y necesitas. Suya es la Voz que habla por Dios y también por ti. Por lo tanto, Él habla de la libertad y de la verdad.
3. Ya no se asignarán más lecciones específicas, pues ya no son necesarias. En lo sucesivo, oye tan sólo la Voz que habla por Dios y por tu Ser cuando abandonas el mundo para buscar en su lugar la realidad. Él dirigirá tus esfuerzos, diciéndote exactamente lo que debes hacer, cómo dirigir tu mente y cuándo debes venir a Él en silencio, pidiendo Su dirección infalible su Palabra certera. Suya es la Palabra que Dios te ha dado. Suya es la Palabra que elegiste para que fuese la tuya propia.
4. Y ahora os pongo en Sus manos, para seáis Sus fieles seguidores y Él, vuestro Guía en toda dificultad o dolor que consideréis real. Él no os dará ningún placer pasajero, pues sólo da lo bueno y lo eterno. Dejad que Él os prepare aún más. Él se ha ganado vuestra confianza hablándoos diariamente de vuestro Padre, de vuestro hermano y de vuestro Ser. Y continuará haciéndolo. Ahora camináis con él, tan seguros de vuestro destino como lo está Él; tan seguros de cómo debéis proceder como lo está Él; tan seguros de la meta y de que al final la alcanzaréis como lo está Él.
5. El final es seguro, y los medios también. A esto decimos “Amen”. Cada vez que tengas que tomar una decisión se te indicará claramente cuál es la Voluntad de Dios para ti al respecto. Y Él hablará por Dios y por tu Ser, asegurándose así de que el infierno no te reclame, y de que cada decisión que tomes te acerque aún más al Cielo. Así es como hemos de caminar con Él de de ahora en adelante, recurriendo a Él para que nos guíe, nos brinde paz y nos ofrezca una dirección segura. El júbilo nos acompaña, pues nos dirigimos a nuestro hogar a través de una puerta que Dios ha mantenido abierta para darnos la bienvenida.
6. A Él le encomendamos nuestros pasos y decimos “Amén”. Continuaremos recorriendo Su camino en paz, confiándole todas las cosas. Y esperaremos Sus respuestas llenos de confianza, cuando le preguntemos cuál es la Voluntad de Dios en todo lo que hagamos. Él ama al Hijo de Dios tal como nosotros queremos amarlo. Y nos enseña cómo contemplarlo a través de Sus ojos y a amarlo tal como Él lo ama. No caminas solo. Los ángeles de Dios revolotean a tu alrededor, muy cerca de ti. Su Amor te rodea, y de esto puedes estar seguro: yo nunca te dejaré desamparado.

Fragmento extraído del libro, UN CURSO DE MILAGROS

UN CURSO DE MILAGROS, Segunda Parte, lecciones 361-365

TE ENTREGO ESTE INSTANTE SANTO.
SÉ TÚ QUIEN DIRIGE, PUES QUIERO SIMPLEMENTE SEGUIRTE,
SEGURO DE QUE TU DIRECCIÓN ME BRINDARÁ PAZ.

1. Y si necesito una palabra de aliento, Él me la dará. Si necesito un pensamiento, Él me lo dará también. Y si lo que necesito es quietud y una mente receptiva y serena, ésos serán los regalos que de Él recibiré. Él está a cargo a petición mía. Y me oirá y me contestará porque Él habla en Nombre de Dios y de Su santo Hijo.

Fragmento extraído del libro, UN CURSO DE MILAGROS

SEGUNDA PARTE
Lecciones 361-365

UN CURSO DE MILAGROS, Segunda Parte, Lecciones Finales

LECCIONES FINALES.
INTRODUCCIÓN.

1. En nuestras lecciones finales utilizaremos la mínima cantidad de palabras posible. Tan sólo las utilizaremos al principio de nuestras prácticas, y únicamente para que nos recuerden que lo que buscamos es ir más allá de ellas. Dirijámonos a Aquel que nos guía en nuestro camino y que imparte seguridad a nuestros pasos. En Sus manos dejamos estas lecciones, y de aquí en adelante le entregamos también nuestras vidas. Pues no queremos volver a creer en el pecado, que fue lo que hizo que el mundo pareciese un lugar feo e inseguro, hostil y destructor, peligroso desde cualquier punto de vista, y traicionero más allá de cualquier esperanza de poder tener confianza o de escapar del dolor.

2. El suyo es el único camino para hallar la paz que Dios nos ha dado. Su camino es el que todo el mundo tiene que recorrer al final, pues éste es el final que Dios Mismo dispuso. En el sueño del tiempo final parece ser algo muy remoto. Sin embargo, en verdad ya está aquí, como un amble guía que nos indica qué camino tomar. Marchemos juntos por el camino que la verdad nos señala. Y seamos los líderes de los muchos hermanos que andan en busca del camino, pero que no lo encuentran.

3. Consagraremos nuestras mentes a este propósito, poniendo todos nuestros pensamientos al servicio de la salvación. La meta que se nos ha asignado es la de perdonar al mundo. Ésta es la función que Dios nos ha encomendado. Y lo que buscamos es el final del sueño, no como nosotros queremos que dicho final sea, sino como lo quiere Dios. Pues no podemos sino reconocer que todo aquello que perdonamos es parte de Dios Mismo. Y así, Su recuerdo se reinstaurará en nosotros completamente y en su totalidad.

4. Nuestra función es recordarlo a Él aquí en la tierra, tal como se nos ha dado ser Su Propia compleción en la realidad. No nos olvidemos, por lo tanto, de que nuestro objetivo es uno que compartimos, pues en ese recordar es donde radica el recuerdo de Dios y lo que nos señala el camino que nos conduce hasta Él y hasta el Remanso de Su paz. ¿Cómo no vamos a perdonar a nuestro hermano, que es quien nos puede ofrecer esto? Él es el camino, la verdad y la vida que nos muestra el sendero. En él reside la salvación, que se nos ofrece a través del perdón que le concedemos.

5. No terminaremos este año sin el regalo que nuestro Padre le prometió a Su santo Hijo. Hemos sido perdonados. Y nos encontramos a salvo de toda la ira que le atribuíamos a Dios y que después descubrimos no era más que un sueño. Se nos ha restituido la cordura, en la que comprendemos que la ira es una locura, el ataca algo demente y la venganza una mera fantasía pueril. Nos hemos salvado de la ira porque nos dimos cuenta de que estábamos equivocados. Eso es todo. ¿Y se encolerizaría un padre con su hijo porque éste no hubiese comprendido la verdad?

6. Venimos a Dios y con honestidad le decimos que no habíamos entendido, y le pedimos que nos ayude a aprender Sus lecciones a través de la Voz que Él Mismo nos dio. ¿E iba Dios acaso a hacerle daño a Su Hijo? ¿O bien se apresuraría a contestar de inmediato, diciendo: “ Este es Mi Hijo, y todo lo que tengo le pertenece”? Ten por seguro que así es como responderá, pues éstas son Sus propias palabras para ti. Y nadie podrá jamás tener más que esto, pues en estas Palabras yace todo lo que existe y todo lo que jamás existirá por los siglos de los siglos, así como en la eternidad.

Fragmento extraído del libro, UN CURSO DE MILAGROS

SEGUNDA PARTE
Lecciones Finales

UN CURSO DE MILAGROS, Segunda Parte, lección 360

QUE LA PAZ SEA CONMIGO, EL SANTO HIJO DE DIOS.
QUE LA PAZ SEA CON MI HERMANO, QUE ES UNO CONMIGO.
Y QUE A TRAVÉS NUESTRO, EL MUNDO SEA BENDECIDO CON PAZ.

1. Padre, Tu paz es lo que quiero dar, al haberla recibido de Ti. Yo soy Tu Hijo, eternamente como Tú me creaste pues los Grandes Rayos permanecen en mí por siempre serenos e inmutables. Quiero llegar a ellos en silencio y con certeza, pues en ninguna otra parte se puede hallar certeza. Que la paz sea conmigo, así como con el mundo. En la santidad fuimos creados y en la santidad seguimos. En tu Hijo, al igual que en Ti, no hay mancha alguna de pecado. Y con este pensamiento decimos felizmente “Amen”

Fragmento extraído del libro, UN CURSO DE MILAGROS

SEGUNDA PARTE
Lección 360

UN CURSO DE MILAGROS, Segunda Parte, lección 359

LA RESPUESTA DE DIOS ES ALGUNA FORMA DE PAZ. TODO DOLOR SANA; TODA AFLICCIÓN QUEDA REEMPLAZADA POR LA DICHA. LAS PUERTAS DE LA PRISIÓN SE ABREN. Y SE COMPRENDE QUE TODO PECADO NO ES MÁS QUE UN SIMPLE ERROR.

1. Padre, hoy vamos a perdonar Tu mundo y a dejar que la creación sea Tuya. Hemos entendido todas las cosas erróneamente. Pero no hemos podido convertir a los santos Hijos de Dios en pecadores. Lo que Tú creaste libre de pecado ha de permanecer así por siempre jamás. Ésa es nuestra condición. Y nos regocijamos al darnos cuenta de que los errores que hemos cometido no tienen efectos reales sobre nosotros. El pecado es imposible, y en este hecho descansa el perdón sobre una base mucho más que el mundo de sombras que vemos. Ayúdanos a perdonar, pues queremos estar en paz.

Fragmento extraído del libro, UN CURSO DE MILAGROS

SEGUNDA PARTE
Lección 359

UN CURSO DE MILAGROS, Segunda Partee, lección 358

NINGUNA INVOCACIÓN A DIOS PUEDE DEJAR DE SER OÍDA O NO RECIBIR RESPUESTA. Y DE ESTO PUEDO ESTAR SEGURO: SU RESPUESTAES LO ÚNICO QUE DESEO.

1. Tú que recuerdas lo que realmente soy, eres el único que recuerda lo que realmente deseo. Hablas en Nombre de Dios, y, por lo tanto, hablas en mi nombre. Y lo que me concedes procede de Dios Mismo. Tu Voz, entonces, Padre mío, es mía también, y lo único que quiero es lo que Tú me ofreces, en la forma exacta en que Tú eliges que yo lo reciba. Permíteme recordar todo lo que no sé, y deja que mi voz se acalle, mientras lo recuerdo. Y no dejes que me olvide de Tu Amor ni de Tu cuidado, antes bien, ayúdame a mantener siempre presente en mi conciencia la promesa que le hiciste a Tu Hijo. No dejes que olvide que mi ser no es nada, pero que mi Ser lo es todo.

Fragmento extraído del libro, UN CURSO DE MILAGROS

SEGUNDA PARTE
Lección 358

UN CURSO DE MILAGROS, Segunda Parte, lección 357

LA VERDAD CONTESTA TODA INVOCACIÓN QUE LE HACEMOS A DIOS, RESPONDIENDO EN PRIMER LUGAR CON MILAGROS, Y RETORNANDO LUEGO A NOSOTROS PARA SER ELLA MISMA.

1. El perdón—reflejo de la verdad—me enseña cómo ofrecer milagros y así escapar de la prisión en la que creo vivir. T u santo Hijo me es señalado, primero en mi hermano, y después en mí. Tu Voz me enseña con gran paciencia a oír Tu Palabra y a dar tal como recibo. Y conforme contemplo a Tu Hijo hoy, oigo Tu Voz indicándome la manera de llegar a Ti, tal como Tú dispusiste que ésta debía ser:
“Contempla su impecabilidad y sé curado”.

Fragmento extraído del libro, UN CURSO DE MILAGROS

SEGUNDA PARTE
Lección 357

UN CURSO DE MILAGROS, Segunda Parte, lección 356

LA ENFERMEDAD NO ES SINO OTRO NOMBRE PARA EL PECADO. LA CURACIÓN NO ES SINO OTRO NOMMBRE PARA DIOS. EL MILAGRO ES, POR LO TANTO, UNA INVOCIÓN QUE SE HACE A ÉL.

1. Padre, prometiste que jamás dejarías de contestar cualquier petición que Tu Hijo pudiese hacerte. No importa dónde esté, cuál parezca ser su problema o en qué crea haberse convertido. Él es Tu Hijo, y Tú le contestarás. El milagro es un reflejo de Tu Amor, y, por lo tanto, es la contestación que él recibe. Tu Nombre reemplaza a todo pensamiento de pecado, y aquel que es inocente jamás puede sufrir dolor alguno. Tu Nombre es la respuesta que le das a Tu Hijo porque al invocar Tu Nombre él invoca el suyo propio.

Fragmento extraído del libro, UN CURSO DE MILAGROS

SEGUNDA PARTE
Lección 356

UN CURSO DE MILAGROS, Segunda Parte. lección 355

LA PAZ, LA DICHA Y LOS MILAGROS QUE OTORGARÉ CUANDO ACEPTE LA PALABRA DE DIOS SON ILIMITADOS. ¿POR QUÉ NO ACEPTARLA HOY?

1. ¿Por qué debo esperar, Padre mío, para recibir la dicha que Tú me prometiste? Pues Tú mantendrás Tu Palabra, que le diste a Tu Hijo en el exilio. Estoy seguro de que mi tesoro me aguarda y de que sólo tengo que extender la mano para encontrarlo. Incluso ahora mismo mis dedos ya lo están tocando. Está muy cerca. No es necesario que espere ni un instante más para siempre. Es a ti a Quien elijo, y a mi Identidad junto Contigo. Tu Hijo quiere ser él mimo, y reconocerte como su Padre y Creador, así como su Amor.

Fragmento extraído del libro, UN CURSO DE MILAGROS

SEGUNDA PARTE
Lección 355