NO SOY UN CUERPO. SOY LIBRE.
PUES AÚN SOY TAL COMO DIOS ME CREÓ.
1. (188)La paz de Dios refulge en mí ahora.
Permaneceré muy quedo y dejaré que la tierra se aquiete
junto conmigo. Y en esa quietud hallaremos la paz de Dios.
Está dentro de mi corazón, el cual da testimonio de Dios
Mismo.
No soy un cuerpo. Soy libre.
Pues aún soy tal como Dios me creó.
Fragmento extraído del libro, UN CURSO DE MILAGROS
PRIMERA PARTE
Sexto repaso-lección 208