UN CURSO DE MILAGROS, segunda parte, lección 221

Que mi mente esté en paz y que todos mis pensamientos se aquieten.

1. Padre, hoy vengo a Ti en busca de la paz que sólo Tú puedes dar. Vengo en silencio. Y en la quietud de mi corazón—en lo más recóndito de mi mente–, espero y estoy a la escucha de Tu voz. Padre mío, háblame hoy. Vengo a oír tu voz en silencio, con certeza y con amor, seguro de que oirás mi llamada y de que me responderás.

2. Y ahora aguardamos silenciosamente. Dios está aquí porque esperamos juntos. Estoy seguro de que Él te hablará y de que tú le oirás. Acepta mi confianza pues es la tuya. Nuestras mentes están unidas. Esperamos con un solo propósito: oír la respuesta de nuestro Padre a nuestro llamada, dejar que nuestros pensamientos se aquiete y encontrar Su paz, para oírle hablar de lo que nosotros somos y para que Él Se revele a Su Hijo.

Fragmento extraído del libro, UN CURSO DE MILAGROS

SEGUNDA PARTE
Lección 221
Que mi mente